Umbrales
-Poemas seleccionados de su obra: EL TEMBLOR DE LOS HUERTOS.
Argentina: Ediciones del camino, 2022.
TRAMAS
dinamitar el espacio y volver
a este sitio que es tuyo y nuestro
donde ahora respiramos un idioma posible
me pregunto si las pausas serán necesarias
cuando el verbo abandona al inconsciente
ahora que no estás
todo parece más fácil
travestida de ti en los objetos que acumulo
un fruto seco pende en mi garganta
y tú
lejana en la raíz del musgo
INTERIORES
mudanzas
los libros fueron transformándose en polillas
en cada mudanza fui perdiendo un poco de ellos
sin pena ni nostalgia me convertí en mala madre
los abandoné en cada casa
los aboné en cada casa
en cajones en cartones en repisas
en el baño en la cocina
en los rincones de mi cuarto
debajo de la cama
aglomerados en desorden:
un libro consumado debe macerarse en el vacío de una casa
me convertí en mala madre
me alejé de sus cortezas y texturas
de subrayados y de notas
de los registros que se borran con el moho
los dejé entre larvas y silencio
entre mariposas moribundas
fieras
seguirlas
perseguirlas hasta el último escalón del precipicio
degustar sus apetitos y alimañas
estrangularlas
remozarse en sus fluidos
(otro poema sin título)
fue así como el insomnio alteró mis neuronas
descompensó la vía más segura
ante el devenir
perturbó las ondas beta y la lucidez
empezó a caer en un trampolín pausado
a ser pieza de ajedrez
que combate con lentitud
en un tablero sin respuesta
en el estímulo nervioso del despertar
EXTERIORES
vii
algo se fisura y se rompe cada tiempo
el universo es más banal y corrosivo
las ciudades se hunden
en un violento golpe de artimañas
desintegración
precipicios que avanzan
un método
para extinguir lo humano
x
alguna vez los lugares
no sólo fueron la pasión de los viajeros
fueron una estirpe en la soledad del paraíso
donde se plantaron la enfermedad y el hambre
párpados desiertos de tanta agonía
sin posibilidad del agua en la luz
xii
el malestar siempre ha estado ahí
convaleciente
comiéndose el arbusto del paisaje
a manera de sospecha
ha olfateado los filos del dolor
destruyendo el aire que gotea
la masa muscular de calles y avenidas
el gesto singular de la violencia
viaje a ningún lado
suspendido en una tarde de domingo
xiv
no hay norte ni sur en los días de marzo
las horas se ocultan en cada ser que derrumban
todo es estéril en los espacios vencidos
el mundo regresa como un balón que se rompe
detona la palabra en el fango
PUENTES
v
las hormigas se adhieren a mis pies
husmean el néctar que las llama
isla de hormigas en un territorio quieto
con sus antenas en mi nido
apareadas en su hábitat se alimentan de mi huerto
fecundan con su ácido
olfatean el residuo de mis alas
vii
el puente me recuerda al diván
donde nunca estuve ni reposó mi inconsciente
el olvido una mínima permanencia
donde todos vamos sin ofrendar nada a cambio
remover el equipaje de la infancia
dejarlo en el zaguán del barrio del sur
acompañar a mi madre por última vez
despedirnos con una vela encendida
no poder retener su imagen
ni el tamaño de lo absoluto
UMBRALES
ii
tal vez no sea necesario contar otra historia
ni parafrasear lo ya dicho
soltar el discurso y aplicar ciertas técnicas
un narrador y una atmósfera
algo que enlace la trama
a lo mejor sólo sea un pretexto para continuar el enlace
sostener el poema / el microespacio tatuado
que la ficción atraviese la calve escondida
para intensificar el relato
para traicionar la poesía
vi
tu mano se une al recorrido
a la franqueza
del sonido que cae de la cascada
al hilo que suelta la madeja
en plena labor
la belleza se despliega ensombrecida
oculta en el telón
para que tu mano
devele los ropajes del misterio
y continúe recorriendo con su instinto
la suma de los dones