Aquí comienzan los cantos
1
aquí comienzan los cantos
se nombra pues el trote de los muertos
el día que carece de páramos yermos
su resurrección entonces
más lejana cada día
se topa con los sueños que también son otros
y son estas las palabras que deben pronunciarse
2
digo caballo y el relincho precede a mi aliento
equino escribo y en un golpe de bolígrafo
cada letra emite un silbido
y un sonido de cascos al pisar la tierra
dejo de nombrarlos
y en pensamiento aparecen
el paisaje se petrifica
y a cada paso
a cada zancada
el llano vacuo
adquiere el rostro de los muertos
galopan desbocados
sobre el no lugar
y el destino oculto
regresan de bruces
con las fauces teñidas de rojo
desde el centro hacia los 4 puntos
la carne desprendida
y los músculos tensos
se aglutinan en un páramo oculto
antes de salir de mi pecho abierto
3
escribiré un poema sobre caballos
lo titularé poema para caballos
en él
las bestias pastarán sobre los renglones
el viento atravesará los cuerpos
los potros defecarán sobre las letras
6
un caballo relincha, piala, bufa, resopla
tras la sombra de su silueta diluida
como si ese ruido brilloso de repente nos pareciera familiar
tan familiar como las crines y el trote centelleante de los cascos
nuestros ojos invertidos
miran nuestro cuerpo desprovisto de detalles
mientras intenta formarse una imagen exacta de sí mismo
nuestra debilidad
radica en la imagen que las genera
estos caballos no tienen sangre ni arterias
su cuerpo es una cáscara convulsa donde se encuentran
el aliento y la memoria
donde se encuentran los recuerdos y la carne
donde se perciben el dolor y el pensamiento
ligeros
entonces
echan a andar sobre sus patas traseras
para evitar lo terrible del desgaste
y con sus 4 zancos se estiran antes del último estertor
sobre un páramo imaginario
plácido lugar
donde orinan las bestias
y fenecen los jinetes
8
aquel día comimos juntos en el jardín
la carne ardía en las brasas junto a las cebollas negras
y las hierbas finas
los comensales desaparecieron
dejaron de hablar
dejaron de escucharse
dejamos de mirarlos
y la carne de caballo
quedó a la intemperie como alimento de las moscas
como alimento de la noche
yo quité los resabios del festín de entre mis dientes
con los restos de su herraje
y atravesé un llano repleto de caballos
otro llano distinto donde todos ellos pastaban
y se comunicaban con ese lenguaje de equinos
que aprendieron
escuchando las verdes llanuras arder bajo el fuego de las brazas
todos los caballos son amables con los que yacen bajo la tierra
todos los que yacen bajo tierra
alguna vez fueron caballos
arte poética
1
un caballo bufa tras las sombra de su silueta diluida
su contorno toma forma
más definida y contundente que su imagen primigenia
y acomete con un relincho llano en una pradera imaginaria
2
un caballo galopa por un sendero indefinido
su propio esqueleto los sigue de cerca sin fundirse en uno
con su cuerpo
el relincho del esqueleto es ensordecedor también tardío
el galope es incontenible atropellado y solo se escucha
pasado el medio día
3
diríase pues que existe un equilibrio entre el anochecer
y las pesuñas herradas
no obstante las divergencias entre peso estatura color y brío
pero los tordillos no son fáciles de domar
aún si su pellejo se estira abarcando el espacio todo que lo cubre
4
el espacio que los contiene es de una fragilidad pasmosa
la contracción de las esquinas y el desaparecer de cada ángulo
conforman por cada hueco una sombra que es palpable
y cada equino posee una silueta definida
que por las noches excede siempre su contorno