Último aprendizaje
NUEVAS VOCES DE LA ARGENTINA
Por Luis Benítez
“Es un destino con un país de infierno”
La vasta y rica producción poética de Juano Villafañe se caracteriza por un claro sentido humanista y una coherente visión de la realidad, tanto nacional como continental e internacional, así como por un abordaje discursivo acorde con el logro de un contacto instantáneo con la sensibilidad del lector, a quien los versos de Villafañe traspasan emocional y conceptualmente no sin dejar su impronta definitiva y permanente.
Se trata de un autor que desde hace más de medio siglo es una reconocida y bien reconocible voz, tanto capaz de conmover como fecundar el pensamiento de quienes se asoman por primera vez a sus obras, como a aquellos que, desde hace tiempo, siguen sus títulos muy conscientes de qué verdades, dichas con un estilo inconfundible, hallarán en ellas. Un poeta que nunca defrauda y siempre confirma las virtudes escriturales que le han conferido un lugar indiscutido en el panorama poético de la Argentina.
Luis Benítez
Poemas de Juano Villafañe
Último aprendizaje
Con mi padre aprendí que antes de morir hay que encontrar a la madre
Con mi madre, que uno se muere sin padre y sin madre
En el ramo vive el jardín y en su fondo se fija el otro ramo
Con la pérdida se acrecientan los ramos y los fondos del ramo
Pero ya nadie levanta el jardín con las manos
Sólo se desea la entrega y se ofrece su fondo
Nadie levanta un jardín, por eso estamos llenos de fondos y de ramos
Como exceso nos rodean sus habitantes, su perfume y su fondo
Uno va solo a la cita con su ramo de espera
y uno espera levantarla de nuevo
Ella espera el ramo, su primer perfume
A mi madre la subí con su ropa de teatro
Es imposible levantar un jardín.
Segunda estadía
Era como un país en el infierno
Con familiares que te retiraban a una estadía de campo.
En los jardines y en las miradas de luz sobre los ojos.
En los felinos de caza y la casa de felinos.
Una actuación, una marca de mundo y su registro
en espadas cruzadas por el honor perdido, en la puerta entreabierta
en la huida, el vidrio roto por donde penetraba el frío, lo elemental,
el nocturno y el aviso: ingresa la visita, los reflejos, la familia.
Será así sobre la vuelta, en la segunda, en la que no ha sido buena y
se repite siempre,
por otra vez, en su destino que está sobre la vuelta,
con los felinos paseando por el parque.
Es un destino con un país de infierno
Donde se huye sobre un espejo roto, y rota el alma, el frío extendido.
Nadie te despide ahora
ni viajan antes para llegar mañana.
Es la segunda, donde todo se ha roto, donde ya nada es bueno, ni
hay partes para luego.
Pero qué pena, si el parque es tan inmenso, la casa hermosa
y la familia ha muerto.
Y que la mujer no sea la patria
Me amabas
¿o golpeabas seca en los bordes de la República?
Dura, perdida
Como quien dice
“hay dolor debajo del tiempo
De un infinito tiempo en el dolor del tiempo”
Dura, perdida
¿Qué dijeron de ti?
Que te has dejado caer
que te has dado como vacía
y vacías a los últimos
a las víctimas que has perdido
a los perdidos:
al tapado, la brisa fresca, la calle y la revuelta.
¿Y no habrás perdido la calle?
O lo que se dice de los paseos infinitos con la tarde en la altura
de las altas y construidas casas de los obreros ferroviarios.
¿Me amas?
O ya has armado el otro que fuma
tanto como lo hice en el aire limpio
aún por dicha perdida y golpe de humo.
Vacío de un límite de luz.
Vaho, tabaco, brisa de mar.
Todo en una ciudad blanca con un parque y una puerta.
Ella nunca comprendió mis poemas
James Joyce se había enamorado de una mujer
Se trata de Nora Barnacle que era una camarera del hotel Finn’s, de Dublín
Y que nunca pudo realmente reconocer la figura de Molly Bloom
Ni comprender las imágenes de Joyce y el viaje de Ulises
Aunque para muchos la propia Nora era también la propia Molly y la propia Penélope
Y así ella terminaba con su monólogo de mujer inventada
Con un sí, siempre con un sí, o como termina la vida realmente con un sí
Que es la palabra más hermosa que puede pronunciar una mujer
Porque realmente yo he sufrido
Porque deseaba destruir la imagen clásica del mundo
Y que mi amante terminara de decirme el propio final de su propia palabra como fin
Para poder disolver la imagen de la realidad en un cuadro de melancolía
Porque al entrar al restaurant ella me dijo: que sería como ideal que una camarera se enamorara
de un intelectual moderno
Y que lo importante era amar y no comprender absolutamente nada de mis poemas
Y que ella podía terminar con un sí, iniciar con un sí, que es la palabra más bella
que puede pronunciar una mujer
Y queda ese dolor por no pedirlo todo
Al quedarme solamente explicando mi última imagen de un intelectual moderno
Y que una estación del sur no se recorre en un solo día
Ni Temperley es Dublín, ni en mi barrio hay un hotel como Finn’s,
Aunque mi camarera me lo dijo con una claridad extraordinaria
Puedo amarte y no entender nada de tus poemas
Y decirte sí una mañana, que es la palabra más hermosa que puede pronunciar una mujer
Y recorrer el sur como si fuese una calle con su plaza
Y dar la vuelta tantas veces como ocurre con tu barrio
Cuando siempre te pregunté lo mismo
Y que no hace falta que yo entienda tus poemas para decirte sí
Que es la palabra más hermosa que puede pronunciar una mujer
Y que yo puedo llevarte por el mundo sin comprender la menor de las metáforas
Verte con esta boca de tan cerca
Decirte sí de nuevo
Volver sobre el fin con una sola palabra, que es la palabra más bella que pueda pronunciar una mujer
Y yo tratar de terminar este propio monólogo sin que hayas entendido absolutamente nada
Y que me digas que sí
Que yo imagino que me dices que sí
Que yo escribo que sí
Que es la palabra más bella que puede pronunciar una mujer cuando te escribo.
Los trenes del sur
Me esperaba una mujer con sombrero en un andén del sur
En un andén de los trenes que viajan profundos por los jardines del sur
Como un extrañamiento de la luz ella me vio sobre un puente de metal antiguo
Nadie viaja al sur para ver una mujer en las extensiones de un tiempo que estuvo toda la vida
Toda la vida para esperarte y te ibas así como un breve paseo tan vestida como desnuda
en las casas de un barrio
Hoteles más altos sobre la tierra y piezas bajas también con hierros antiguos como los
otros puentes
Toda la vida te estuve esperando vestida sobre un andén del sur
Y ahora suave en tu cuerpo vemos otra vez los jardines de árboles
Y que no he visto desde la calle los interiores altos
Desde el andén en que me esperabas tan hermosamente vestida como siempre
Cuantos años hace que te había visto en ese anden del sur sobre la luz
O era Dios que viajaba por los andenes
Que nos vio como criaturas amadas sobre las rosas de la calle
Para cada tarde hay una despedida
Para cada mañana un tren que sale en infinito para todos los años de esta vida en tren
Y un almuerzo sobre el agua
Una mujer que se viste y mira la calle por donde entramos una vez
Qué infinito nos queda todo
Para volver toda otra vida para verte con tu sombrero
Ahora desnuda para que los trenes vuelvan al sur
Recordarás que te dejé grabado para que me escuches ese paseo solitario
Sobre la estación más pobre de los trabajadores argentinos
Todo está ahora menos tú
Me despediste tan parecida sobre el puente de los hierros antiguos
Y pensar que te vi un día sobre un andén del sur en el que esperé toda la vida para verte
Toda la vida que te fuiste con tu sombrero como un amoroso extrañamiento
Y con una hoja de agua que me regalaste sobre la boca
Mañana voy a esperarte de nuevo, sea el tren que sea, la ropa que sea, la mujer que sea
No se puede esperar para toda la vida esta brevedad que Dios nos ha dado con amor
Baja otra vez para que pueda verte desde el puente.
La pareja de la primera fila/ La pareja de la última fila ante la obra
Romeo y Julieta
Dos enamorados se sientan en la primera fila del teatro
Dos enamorados se sientan en la última fila del teatro
Los cuatro enamorados miran detenidamente la obra de teatro y la fiesta de las máscaras
donde se enamoran perdidamente Romeo y Julieta
Son ahora tres parejas de enamorados, la de la primera fila, la de la última fila, y Romeo y Julieta
Los enamorados de la primera fila se toman de las manos
Los enamorados de la última fila se toman de las manos, de las piernas, de sus bocas, de sus sexos
y caen como en el teatro
Romeo la habla a Julieta desde el balcón: “si yo pudiera tocarte con mi mano”
Amor prohibido que se confunde a solas y en la fuga la tragedia calla
Calla el amor por el veneno en que se muere antes, cuando también Romeo ve a su amor perdido
y Julieta se hiere con su daga para caer sobre su amor dormido
Los enamorados de la primera fila siguen tomados de las manos
Los enamorados de la última fila se toman de las manos, de las piernas, de sus bocas, de sus sexos,
se desvisten y se desvanecen sobre la última fila tan desnudos como dos enamorados
Los enamorados de la primera fila aplauden el fin de la obra
Los enamorados de la última fila yacen desnudos en el piso del fondo
Todos salen de la sala de teatro
Los enamorados de la última fila están sorprendidos de que todo haya terminado, que el público
los deje solos en el teatro
Los enamorados de la primera fila salen como han entrado tomados de la mano
Los enamorados de la última fila como escondidos se visten lentamente, seguirán
como real la muerte, la vida y la tragedia, el día que inventaron lo que no sabían
Los enamorados de la última fila crearon su propio final contemporáneo
Comprendieron la metáfora y el dolor de morir en el propio juego de la última fila
Se volvieron amar en la soledad del teatro sobre el fin de la escena
Salieron y el público los aplaudió en la calle, miraban como enamorados a una multitud que los alzaba,
seguían desnudos, seguían como los mejores amantes de este mundo.