Carolina Olguín

“Abombamiento” y otros poemas

 

 

 

 

 

Abombamiento

 

Es sólo un dulce abombamiento del aire
contra mi cerebro.
Gottfried Benn

 

Un ligero abombamiento queda entre las sábanas

en la cama recién tendida

Paso la mano y el aire se resiste a abandonar ese espacio

Lo dejo un instante para volver a mirarlo

No es más que aire atrapado, un leve temblor

de telas que se hinchan

la luz de la mañana y mi determinación

de hacer la cama

O una semilla flotante en medio de un rectángulo

dentro de un cubo

al que el Sol alcanza

mi habitación en la vertical del edificio

el casillero, el signo vacío

el fragmento en el que dejo que suceda

la no intervención

la acogida solitaria de la materia en el tiempo

y su vuelta al cotidiano.

 

 

 

 

Meditación

 

Esta tarde miré una vez más por el rabillo del ojo al diablo

justo cuando mis poros parpadeaban

y la sangre tibia

de pura vida

muerte pura

me recogía.

 

 

 

 

Música

 

La lluvia es una caverna porosa

atónitas mieles hechas roca

 

Amo saber que desde la lluvia

posé un dedo en tu mano

y aún escuchamos

su concierto.

 

 

 

 

Reconocimiento

 

En algún punto nuestras voces

estremecen los tejidos membranosos

en el negro túnel

de la garganta

opacos deslaves viajan

por la conversación

mientras reímos

pensando que aquello es divertido

Pero hay un claro donde reconocemos

la pérdida

bajo la luz que emanan los cuerpos

blancos

Lo común es no lamentarse

bajar la guardia

compartir la espada que ha cortado

nuestro aliento

y reposarla en un silencio de vitrina

para exhibir su brillo.

 

 

 

 

El fantasma de un árbol

 

Fue en el Mediterráneo que perdí el pequeño invierno de mi valle

fue en albergues y abejorros, bajo hechizos, que lo perdí.

 

Regresé una noche presintiendo el verano

la pátina con que pinta sus retornos de solsticio

se desplegaban praderas acendradas sobre el asfalto

vapores en la planicie.

 

Camino a casa recordé un árbol

un amasijo de cables le partía la fronda en la ribera

tus ojos resbalaban por las piedras

y el hato de tus manos, la prensa de las ramas

el nudo en mi garganta.

 

Fue la aparición de ti sobre el fantasma de un árbol en la luz mercurial.

 

Camino a casa pensé en la suavidad de los concretos

en praderas y lugares equivocados.

 

 

 

 

Hábitos pedregosos

 

Como tonada de lechuzas, oigo el chasquido atravesar la noche.

 

Aquí cae intenso el aroma de las flores que exudan amargas

y alejan animales silvestres.

 

Las antiguas máscaras de ceniza salen a presenciar el retoño

de la transformación, su cíclica muerte.

 

Me aparto y me adentro por un camino, crece el círculo del desierto

va llenándose de grava, emboscadas, regiones inaccesibles.

 

Acaricio a mis animales de hábitos pedregosos

su pulso transparenta la piel. Todas las coloraciones nocturnas

brotan, hablan.

 

 

 

 

Árido valle

 

A la sombra de una anacahuita, Narciso se desnuda.

Está que no comprende lo extraordinario de este bosque que mudó en árido valle.

 

Presa de un encantamiento, de las ninfas sólo escucha estremecerse la yerba

motores de autos lejanos.

 

Carrizos atoran en el arroyo el cuerpo de una niña

−salió de la secundaria y aún no regresa.

 

Mas nada penetra ese velo que es la soledad de Narciso

en su embudo lento, noche sin semilla.

 

La anacahuita florece

no hay sequía que la mate en el desierto.

 

 

 

 

Descenso al río

 

1

 

Hay un nudo donde la piedra es grande y de un gris casi blanco

un puente de pilares pesados, ruinas a punto de apagar

su fragor en las paredes del río.

 

El viento plancha la hierba y la piedra tañe un silbido.

 

Ahí permanece una puerta:

se está reventando la vida en una bola de cristal.

 

En la carretera, los tráileres serpentean en procesión.

 

Que nadie ose tocar ese tornado estalactita sin brillo sobre la piedra.

Que los huérfanos y los ebrios vayamos a casa sin las diminutas flores

detrás de los arbustos.

Carolina Olguín Es poeta, ensayista y profesora de lengua y literatura nacida en Monterrey, México, en 1978. Es autora de los poemarios Libro de la vig ... LEER MÁS DEL AUTOR