Vuelo a la noche
Para qué quiero mis ojos si no los distingo
Donde el infinito se pierde
hay un muro oscuro.
Un poema es la vida
que nunca se interrumpe.
El día es noche disecada.
Para qué quiero mis ojos
si no los distingo.
Busco la luz
en la penumbra aparente.
Para qué inventar la rueda
si la luz lleva el poema.
Un paso que no lleva a ninguna parte
es huella temprana.
La felicidad está más allá
de lo conocido.
Cuando sana el dolor
la idea muere.
Sol que no preguntas
Sol que no preguntas
si has cumplido con ser feliz
si es tu edad la correcta para el último adiós
si guardaste algo para ese día
si tu aliento es de menta o cilantro
si tu risa un conjunto de membranas de color
si tus arrugas son postizas
si tus canas son más bellas grises o de plata
si eres tú o yo quien responde
si el amor dejó de ser
si el sol es un cometa sin cola ni memoria
si la noche tu ilusión favorita
si la felicidad es un estado embriagante
si el mar un ciempiés de olas
si preguntar es cuestión de edad
si el domingo va después del lunes
y antes del sábado
si todos los días son jueves
si el invierno cubre de primavera la lluvia
si duerme bien en noches frías
si el amor vive en la oscuridad
si el río del olvido no tiene orillas
si la poesía es el último rumor del hombre
si la rosa no crece dos veces en el mismo jardín
si la muerte es la burla de la vida
y la noche la primera luz del día.
Vuelo a la noche
“Vuelo y vuelo sin saber,
herido en la noche oscura”
Pablo Neruda
Vuelo a la noche
su puñal afilado
Alas del cóndor
montaña sagrada
Extenso viaje
ganso canadiense
paisaje de nieve
La noche vuela
escoge su día.
Querido Walt Whitman
Un viento sobre el
lago silba en el
aire.
Tupidas barbas
y blancas cabelleras
con el sol y el mar a
nuestros pies.
¿Existe un lugar seguro en el
cielo junto a ti?
Insondable
a Federico García Lorca
Todo en ti es tormenta como la materia.
Los demás arden de tu vino
y beben de tus órbitas.
Todos los poetas
nos abrigamos en el silencio.
El cable de las poleas se tensa
cuando se levanta el cielo de la tarde.
Ciudad de alambres de muerte
llevas en el ojo un cuchillo.
Tu cabeza recostada en el río
alucinando que eres roca que flota.
¡También los maricas aman al poeta!
El tiempo es una costra herida por los sauces.
¿Puede el hambre mitigar la herida?
El toro por los cuernos
y el mundo por su espesa figura.
El pez chico se come al grande
la babosa está muerta en la hoja.
El mundo adolece de aves y cucarachas
nadie tiene que contar un cuento sobre él.
¿Seguirá el poeta hablando a solas?