Romina Olivero

Llevamos restos de aurora en el caparazón

 

 

 

Palabras de este mundo
Nueva poesía argentina
Selección y edición: Marisa Martínez Pérsico

 

 

 

Newsflash

 

Están criando pollos sin cabeza

en 40 días los sacan al mercado

no caminan

doblepechuga

sabor posverdad

y vos te los comés

y yo me los como

 

soy un pollo

un pollo de feedlot

vivo en una jaula de 20 por 20

con otros cinco

pollos neoliberales

productivos todos

a los 6 días de vida nos cortan el pico

prevención de violencia avícola le llaman

En 40 días soy góndola

moriré y seré Wallmart

a veces

junto a mis caducos hermanos

clones de pollo yankee

inventos de laboratorio

nos desquiciamos al extremo

soñamos con que algún día apaguen la luz

nos picoteamos las heridas entre nosotros

de pasados de rosca nomás

Enrique murió hace dos días

(si, ese era su nombre)

no se dieron cuenta y sigue en la jaula

(no lo picoteamos por respeto)

nacer pechuga

ser hormona y antibiótico

ansiar el golpe final

transformarse en una cena

que alguna macabra madre pondrá en la mesa familiar

para comer angustias

y engordarlas

hasta explotar

 

 

*

 

 

Patagonia, año 3015

 

un vértigo de aire pesado

silba furioso

despeinando la lana entumecida

vuelan los pocos grillos que quedaron vivos

del tiempo del sol

 

una oveja gira su cabeza

360 grados

 

(la deben estar reiniciando)

 

 

*

 

 

Its raining men,
hallelujah

 

llueven hombres del cielo

caen     estrellándose en las ramas de los álamos

fragmentos de sus cuerpos aparecen en el diario

nueces de Adán en lluvia roja

 

las mujeres los matan al nacer

o

los amputan a tareas domésticas

les enseñan el temor y la impotencia

para que no sufran después

 

están lloviendo hombres

la radio explica la masacre

igual               mañana se olvida          hasta el próximo caso

son miles           cientos

víctimas de un sistema matriarcal que los expele

 

encontré uno escondido en una curva

estaba desnudo y llorando

había caído justo arriba de un bar de solteras

lloraba su cuerpo roto y le daba vergüenza

no le creí inocencia

¿qué hacía solo y desnudo en un bar?

 

están lloviendo hombres

cuerpos rotos

varones asustados     que tiemblan

irreales

como        esta           mentira

 

 

*

 

 

habría que conseguir una soledad     que de tan hermosa

se diga especia              se diga pauta

se diga      instalaciones del frío

y que esta arteria ya no mueva su arruga en suavidades de domingo plano

ni retome la tarea de olvidar esos ríos ansiedades de octubre

 

¿pensaste en octubre?

pensaste mi rostro y soplaste una espina dulce

pluma pequeña de estar presente

la dejaste reposar en mi esqueleto mientras lloraba dudando del centro del miedo

y tu ausencia

saber cayado este tiempo de serenatas mudas      tiene rabias insulsas

entraña abierta hacia el interior del sueño

marañas del aire que espeso aguarda detrás del olfato

 

no es tan hermosa esta soledad ausente

me grita tu nombre en el cuerpo

la piel reclama aquel puesto entre la comodidad y el deseo

 

tener una soledad hermosa guarda dorado el enojo

lo cubre         estrellita opaca         del cielo néctar

 

agarrarse con firmeza de los cimientos de aquel centro ciego       diapositiva sepia

y parir de una vez

una soledad hermosa

 

 

*

 

llevamos restos de aurora en el caparazón

pensamos que alcanzaría

ya ni la luna se vuelve rosada una vez por año

 

en retiro observamos las risas niñas de la siesta

el tamaño de este olvido profuso

cuarzos en la garganta del horror cotidiano

tapiz de hielo y espanto

en las calles vacías del hambre despierta

 

no gana una palabra ni dos

cuando gritan los estómagos

no espanta la miseria en cuchillo casero

ni expedientes dormidos abultajes de la desidia

 

llevamos restos de aurora en el caparazón

pero nunca alcanzan

resbalan los líquidos espesos de la duda

el aire no es suficiente para todos

 

y el agua

se acabó

 

 

 

 

 

Algunas palabras de este mundo

Quiere esta antología, junto con difundir las voces de treinta poetas argentinos nacidos entre 1970 y principios del siglo XXI, ser, con su eco preliminar de Árbol de Diana (1962), un homenaje a Alejandra, de cuya muerte se cumple medio siglo.

Celebrar, desde el guiño de su título, esos pequeños artefactos poéticos perfectos, esas piezas muchas veces brevísimas que dan cuenta de una subjetividad quebrada, de una orfandad metafísica, con unas dislocaciones pronominales que potencian el característico tono de tipo liminar pizarnikeano, siempre al borde, en el umbral o límite entre posibilidad e imposibilidad del decir. Poesía que es desamparo y morada. Claridad y oscuridad a la vez.

Las páginas que siguen son un intento de visibilizar y divulgar un repertorio de voces que se inscriben en distintas tradiciones líricas nacionales: hay derivas de la poesía conversacional, propuestas en clave realista, programas de carácter hermético, de indagación ontológica o continuadores de la tradición de la ruptura, estéticas herederas del neobarroco/neobarroso y de la poesía experimental, del riesgo, que se institucionalizaron en países como Argentina o México, especialmente durante la década del ’90. Poemas en prosa y otros que buscan el diálogo intergenérico o transmedial (lírica, narrativa, teatro). Poemas que no exceden una página (¿una pantalla?) y poemas largos memorables.

Esta muestra responde, además, a una vocación federal y extraterritorial. Incluye autores que nacieron y viven en distintas provincias argentinas –desde Salta hasta Tierra del Fuego– y otros radicados en el extranjero (Holanda, Francia, España), que encarnan una argentinidad poética ‘extraterritorial’ (George Steiner), ‘glocal’ (Vicente Luis Mora) y ‘posnacional’ (Bernat Castany).

 

Marisa Martínez Pérsico
Roma, octubre de 2021

 

Romina Olivero Nació en Bahía Blanca en 1979. Reside desde niña en Neuquén Capital, Patagonia Argentina. Profesora en Letras por la Universidad Naciona ... LEER MÁS DEL AUTOR