Vicente Huidobro. Tríptico a Stéphane Mallarmé

Presentamos un texto clave del padre del creacionismo contenido en su libro El ciudadano del olvido (1941).

 

 

 

Vicente Huidobro

 

 

TRÍPTICO A STÉPHANE MALLARMÉ

 

I

 

Tu dura gracia tu sombra con su constelación

Y allí bajo el árbol de atmósfera nocturna

Escapada celeste

Brillando cantando subiendo latiendo

Sin posible olvido o negligencia de fuego

Gracia de la gracia y fuerza de la fuerza

Sideral como las altas leyes

Como el acaso preparado por el alma

Y el naufragio deseado en la amargura

Todo verso implica su destino

La ausencia lo ignora o no lo tiene

Pero el árbol vacío y la ola vacía

Es la sombra de su propio fantasma de infinito

Toda idea lleva un azar

Que la gracia no tuerce y no salva

Ni los bríos perdurables desorienta

Vuela la hoja al horizonte

O cae o sube de su yo a otros elementos

Tiene su viento sus abismos sus cumbres enardecidas

Hace selvas o ríos

Distancias y estrellas evidentes

Impone su tiempo y sus ruidos

También la muerte bajo su vértigo

 

Arrecife batido de relámpagos

¿Es el mar enemigo del cielo

O es el cielo que se defiende de los astros?

Cometas de pura alma en el viento

Qué signo queréis incorporarnos

Distancias desesperadas

Qué vais a realizar en mi pecho sumergido

 

Silencio del silencio

Marca del heroísmo sobre el tiempo obsesionado

 

 

II

 

Yo conozco el vacío y conozco la nada

También conozco el absoluto

Y su acento especial

Mas cabe siempre preguntar al infinito persistente

Si la razón es ruido de locura

O la locura ruido de razón

 

Están abiertas las ventanas como extremos del mundo

Y yo soy el naufragio en el misterio

Soy tierra hacia el espacio

Como náufrago al menos toco la realidad

Mi espíritu se hace materia y aventura de la luz

¡Soy náufrago! ¡Soy náufrago!

 

El acto me construye

Ya puedo cerrar las puertas y los grandes extremos

Y hundirme en mi palabra

Soy tierra inmemorial y realizándose lenta

En su segura entraña sorpresiva

Soy la sonrisa abierta sobre los destinos

Y la tumba que va a hacerme materia

Como raíz de eternidad o tema de los hombres

Canto de ausencia de mí mismo

Explorador de la célebre noche

 

Y si fuera verdad que lo finito termina en infinito

O por lo menos por lo menos

Que siguiera en sonido por las sombras suavizadas

O por lo menos por lo menos

Que se nos deje continuar en una vaga ondulación

O por lo menos por lo menos

Nada nada

 

Detención en la marcha

El futuro madura se hace pesado y cae de la rama

Horrible explorador

Explorador de ambiguas sombras

Entre medidas sin medida y tinieblas suspensas

Canto de lo que fue cayendo mundo a mundo

Por los astros perdidos

Estando sin contacto de armonías ni plumaje

Todo lo que me separa de la vida

 

Un momento esperad un momento

No hay astros en la prueba

No hay selvas ni montañas en esta aventura

Un momento entre tantos ojos olvidados

Voy a leer mis últimas palabras a la noche

Voy a leer la profecía de mis células que te saludan por todos lados

Voy a leerme al infinito

 

 

III

 

Al fondo de las cosas mi espíritu solloza

Se debate en las olas y afirma su presencia

Junto a las últimas raíces escapo a mis fantasmas

Y empiezo a ser hondo como todas las lágrimas del mundo

 

Traductor de los astros

En un cambio recíproco de alturas

Infinidad desesperante del espacio

Y acaso

Recuerdo de ser hombre en el no ser

Y también

Pensar en no ser cuando se es y se toca nuestras sombras

Estoy siendo una vida más grande que la muerte

Mi presente va haciéndose pasado como una costumbre del tiempo

que ya no lucha más

Voy por mi fantasma en mi quimera

Amoblando de mí el aire amargo

Soy unos cuantos minutos sorprendidos y hechos propios

Soy unos años para que el sueño sueñe

Y los gestos tengan manos

Y los sonidos garganta cálida

 

El hombre va a expirar en sí mismo

Frente a su eternidad creada en múltiples imágenes

Extinguiendo sus olas en sus olas

Sin más ruido de paso ni de luz

El árbol muere en el árbol

Bajo su pasado y sus rumores

Huésped fue de sus cantos

Y nosotros fuimos visitante y huésped

Preparando las alas y midiendo nuestro peso

 

Si la punta del árbol fuera la puerta del sepulcro

Con sus huracanes al borde de la eternidad

Sus grandes tempestades detrás de los batientes

Pero cómo cómo creerlo

 

La cerradura de la bruma

No hace entrega del secreto ni se rinde nunca

Y el sueño es tan pesado

Hay tanto indicio en el viento

Tanta fatiga en la semilla de mañanas

Mas la ilusión de mi sombra se insinúa en su vuelo

 

Soy el sepulcro hinchado de mis horas

Soy el siempre y el nunca

Poeta desde el fondo de tu naufragio

Saludaré tu naufragio poeta

Y leeré a los tiempos tu poema

 

Tu gran poema con un borde de fuego arrepentido

Tus secretos siguen su destino

Maestro del abismo y de las naves olvidadas

Oye el saludo del horizonte al horizonte

 

Es la muerte que se hace más grande que la vida

Al llevarse a un hombre de tan hondo universo