Cautiverio
GLOBAL POETRY
por Fernando Valverde
CAUTIVERIO
Juan de Pareja, 1670
Él no era mi padre
aunque podría haberlo sido
yo me presenté a él
el hijo mulato
de una mujer esclava
justo eso
como si sólo mi madre
me hubiese creado
un mulato
lo que significa
que cualquier hombre blanco
podría ser mi padre
*
En su taller confinado
a la moleta
trituro sus colores
mis manos están llenas de polvo negras
con hueso quemado teñidas
de azul y salpicadas
de cristales mis uñas
tienen el borde bermellón como si
las puntas de mis dedos sangrasen
De esta forma justo como
si hubiera pasado las páginas
de sus libros
Intenté tocar
todo lo que él hizo
*
Con Velázquez en Roma
una adivinación
En el mercado me rezagué para tocar
las brillantes cáscaras de los limones
cerré mis ojos hasta que
el olor era aceite
y disolvente ocre amarillo
en mi cabeza
Y de pronto
el repentino sabor del hierro
un destello color rojo
como una herida abriéndose
el ropaje del papa
en un retrato
ese brillante matiz de sangre
antes de que se oscurezca
volviéndose morado y luego casi negro
*
Porque él dijo
que pintar no era
trabajo era
competencia de los hombres libres
Yo sólo podía
contemplar tal belleza
en el trabajo de sus manos
sus rápidas pinceladas
un divino lenguaje que aprendí
asomado sobre su hombro
mis propias manos
trazando en el aire
sus gestos Prohibido
responder en pintura
Mantuve mis lienzos en secreto
escondidos hasta que
Velázquez me otorgó
la carta de libertad
Yo era aprendiz él
mi maestro todavía
*
Qué atentamente en ocasiones
dirigía su buen ojo
hacia mí
pero sólo una vez
me plasmó en su pintura
mi color un estudio
mis ojos abiertos
mientras estaba frente a él
con una gorguera de encaje en mis hombros
como si hubiese nacido
noble
y el yugo de mi nacimiento
se hubiese marchado de mi cuello
En su mano una larga pincelada
para mantenerlo lejos
del lienzo
tan lejos como yo estaba
la distancia entre nosotros
el doble para que
él pudiera observarme
dos veces se acercaba
a lo que él había creado
Durante años lo miré
como uno se mira en un espejo
*
Y así
en La vocación de San Mateo
pinté mi propia
figura un hombre libre
en la Casa de Aduanas
esperando a pagar
mis impuestos En mi mano
una respuesta un trozo de papel
con mi firma
Juan de Pareja, 1661
Velázquez muerto hacía un año
Detrás de mí
vertical en un estante
un plato forjado luminoso
como una aureola
justo más allá de mi cabeza
mi cara se vuelve
para mirar al otro lado de la escena
un autorretrato
Para hacerlo
Miré del mismo modo
en que mi maestro me miraba entonces
entorné mis ojos
*
Ahora
al borde brillante
del sueño madre
Ella regresa a mí
como sonido
su voz
en el eco del canto de un pájaro
una sola sílaba
una
y otra vez mi nombre
Juan Juan Juan
o un trozo de canción que
al despertarme
no puedo alcanzar
(Traducción al español de Nieves García Prados)