Natasha Trethewey

Cautiverio

 

GLOBAL POETRY
por Fernando Valverde

 

 CAUTIVERIO

Juan de Pareja, 1670

 

Él no era mi padre

aunque                  podría haberlo sido

yo me presenté a él

el hijo mulato

de una mujer esclava

justo eso

como si                 sólo mi madre

me hubiese creado

un mulato

lo que significa

que cualquier hombre blanco

podría ser mi padre

 

*

 

En su taller          confinado

a la moleta

trituro sus colores

mis manos están llenas de polvo            negras

con hueso quemado teñidas

de azul                  y salpicadas

de cristales           mis uñas

tienen el borde bermellón       como si

las puntas de mis dedos sangrasen

De esta forma                              justo como

si hubiera pasado las páginas

de sus libros

Intenté tocar

todo lo que él hizo

 

 

*

Con Velázquez                   en Roma

una adivinación

En el mercado                    me rezagué para tocar

las brillantes cáscaras de los limones

cerré mis ojos hasta que

el olor                            era aceite

y disolvente                         ocre amarillo

en mi cabeza

Y de pronto

el repentino sabor del hierro

un destello color rojo

como una herida abriéndose

el ropaje del papa

en un retrato

ese brillante matiz de sangre

antes de que se oscurezca

volviéndose morado y luego casi negro

 

*

 

Porque él dijo

que pintar no era

trabajo           era

competencia de los hombres libres

Yo sólo podía

contemplar          tal belleza

en el trabajo de sus manos

sus rápidas pinceladas

un divino lenguaje que aprendí

asomado sobre su hombro

mis propias manos

trazando en el aire

sus gestos                                      Prohibido

responder en pintura

Mantuve mis lienzos en secreto

escondidos hasta que

Velázquez me otorgó

la carta de libertad

Yo era aprendiz                  él

mi maestro todavía

 

*

 

Qué atentamente en ocasiones

dirigía su buen ojo

hacia mí

pero sólo una vez

me plasmó en su pintura

mi color un estudio

mis ojos abiertos

mientras estaba frente a él

con una gorguera de encaje en mis hombros

como si hubiese nacido

noble

y el yugo de mi nacimiento

se hubiese marchado de mi cuello

En su mano   una larga pincelada

para mantenerlo lejos

del lienzo

tan lejos                               como yo estaba

la distancia entre nosotros

el doble                 para que

él pudiera observarme

dos veces        se acercaba

a lo que él había creado

Durante años                      lo miré

como uno se mira en un espejo

 

*

 

Y así

en La vocación de San Mateo

pinté mi propia

figura                    un hombre libre

en la Casa de Aduanas

esperando a pagar

mis impuestos                    En mi mano

una respuesta                               un trozo de papel

con mi firma

       Juan de Pareja, 1661

Velázquez            muerto hacía un año

Detrás de mí

vertical en un estante

un plato forjado  luminoso

como una aureola

justo más allá de mi cabeza

mi cara se vuelve

para mirar al otro lado de la escena

un autorretrato

Para hacerlo

Miré del mismo modo

en que mi maestro me miraba                       entonces

entorné mis ojos

 

*

 

Ahora

al borde brillante

del sueño              madre

Ella regresa a mí

como sonido

su voz

en el eco del canto de un pájaro

una sola sílaba

una

y otra vez              mi nombre

Juan Juan Juan

o un trozo de canción      que

al despertarme

no puedo alcanzar

 

(Traducción al español de Nieves García Prados)

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