

Presentamos dos textos claves del reconocido poeta italiano en la traducción de Guillermo Fernández.
Mario Luzi
Cruz de senderos
Agua impetuosa esfuma los declives,
los sotos ya no zumban y las moras
se cubren con la bruma. Te apartas
de tu sombra, poco a poco atardece.
Vagas, siempre más vagas yerran tras un velo
de polvo las avispas, los perros jadeantes
y las sendas: se enturbia el aire en torno
del manzano, trascurre un leve espíritu.
Los arroyos embalsaman con miel
y leve hierbabuena bajo los pequeños
puentes que cruzas bajo el sol
y los lentos colores de la vida.
Tras de tus quedos pasos que me dejan
sentado acá en el dique, en el blanco
resplandor del sol, ¿qué es lo que huye,
que se desprende de mi lado para siempre?
La voz de los pastores se congela
en la garganta de los montes; brota
el humo en el bosque y se tiñe de violeta,
la escarcha va cubriendo mis ropajes.
La noche llega con el canto
La noche llega con el canto
prolongado de la corneja,
siembra sus luces en la cuenca,
sube por húmedas pendientes, tiembla
un poco. Disminuye el brío
conquistado en tantos de años de sufrimiento
y la pequeña ciencia se desarma;
la sonrisa viril
ha perdido su calma.
¿Quién eres tú
que invisible esperabas emboscada
en un recodo del tiempo
esperando tu hora? Te debo
este tiempo de gratitud
y también de dolor.
Y ahora la inquietud se insinúa,
penetra las primeras noches de verano,
invade el muro aún caliente, sigue
el vuelo de las luciérnagas en las eras,
se embosca en los atajos, donde la liebre
centellea deslumbrada por los faros.
Amada, ¿cómo pude no entender?
Toda la vida estaba
en suspenso como esta vigilia.
Me dan ganas de llorar cuando pienso
cómo pude arruinar la larga espera
con tantas palabras inconvenientes,
con tantos actos inconsultos, irreparables.
Y ahora, herido, digo que no importa
a condición de que acabe el suplicio.
“La salvación así deseada no es conveniente
para ti ni para otros como tú. La paz,
si llega, llegará por otras vías
más penosas y lúcidas que éstas;
cuando sufrir no te parezca vano
pues también existe la pena y debe vivir
y transformarse en bien tuyo y ajeno.
En ti está la fe, la fe es una persona.”
Esta canción no tiene ya palabras.