Que tu choza sea el mundo
Borrador
Le enseñaron paciencia esperar
rehacer una y otra vez los textos
Como Flaubert le decían
como Tolstoi como Faulkner
No le dijeron que su vida
era un solo borrador y que cerraría
primero que su reposado
libro de poemas en cierne
Día productivo
Con este poema hacemos mercado
con este otro saldamos la pensión escolar
la risa diaria y el recibo de las musas
que me cortaron hace tiempo
(las cuotas atrasadas del purgatorio
las dejamos para el otro mes)
Con este poema —míralo—
te compras un vestido marca Beatriz
(los Elsa y los Laura también
bajan de precio los lunes)
Con este poema recuperas fácil
mi pierna derecha y tu medio riñón
de la casa de empeño
(antes de que suban los intereses)
Este —qué brillante— lo dejamos
para los libros de Humboldt
(los poemas que te di el mes pasado
alcanzaron para todo
menos para los libros de poesía)
Con este poema oficializamos el seguro
contra los molinos de viento
el seguro de vuelo onírico en ballena
el permiso para portar máscara
y otro para derrumbarnos a gritos
en cualquier instante y lugar
Si por alguna extraña razón
de la economía y el mercado
te sobra algún poema
guárdalo para la próxima semana
No me queda una sílaba más
EL TIJERAS ATRAPÓ UN VENCEJO
y se escondió en su garganta
Dicen que salió de la cárcel
en forma de canto
LOS PERIODISTAS SE LLEVARON LA CÁRCEL POR PEDACITOS
Vinieron atraídos por las noticias en los medios
atraídos por los presos martirizados
y que después picaban en trocitos y los sacaban
de la cárcel en bolsas de basura
o en grandes canecas con sobras de comida
Vinieron atraídos porque los guardias
tenían un contrato con el dueño de una marranera
y allí arrojaban los restos de los presos
y un día hallaron un cerdo al que le colgaba
la mano de un hombre en la jeta
Vinieron atraídos por los comentarios
de que algunos presos del patio tres patrullaban
en la noche armados con fusiles AK-47
en complicidad de los guardias y los directivos
Vinieron atraídos por la desaparición
de cuatrocientos presos políticos del patio dos
Vinieron atraídos por la explosión
de un petardo en la mitad de una entrevista
Los periodistas vinieron en manada
y en un instante se llevaron la cárcel por pedacitos
Se llevaron los techos en las fotos de los drones
se llevaron las paredes en las fotos
de los patios celdas baños y las alcantarillas
(por donde también arrojaban presos
convertidos en carne molida para las ratas)
Se llevaron las rejas en los videos
de los pasillos y en los recuerdos tormentosos
que elaboraron en sus curiosas cabezas
Hoy llegó un periodista brasileño
buscando la famosa cárcel donde desaparecían
a los presos y reducían el hacinamiento
y le dicen que por supuesto sí señor con gusto
aquí estuvo -le dicen- y le muestran
una vasta extensión de tierra árida y desolada
Él le toma una nítida fotografía y se lleva
el último vestigio de su existencia
TODOS LE TEMEN AL PRESO
de la celda nueve
Todos saben que lleva muchos años
afilando un recuerdo
Regla número seis:
De la educación
Sé educado, aprende de todo
y tanto como puedas
cultiva una obsesión en solitario
pero sé un rufián en compañía.
La gente aborrece a los sabelotodo
pero alaba a los charlatanes.
Habla cuanto puedas
y si lo haces con mofa, mejor.
Búrlate de los últimos sucesos
de tus defectos personales
de las reglas mal hechas.
Y recuerda: el fútbol tiene
más seguidores que Mao
y el internet más oyentes
que el ágora, Rishikesh u Oxford.
A falta de experiencia,
practica un gesto y ten a la mano
una historia y un dicho personal
para cada situación.
No cometas el error de tu padre:
gustarle todas las comidas
y parecerle bellas
todas las cosas del mundo;
con el tiempo te regalarán
cualquier baratija al cumplir años.
Regla número siete:
De la masturbación
Un día dejarás de correr,
dejarás el equilibrio sosteniéndose
solo en las barandas,
arrumarás la bicicleta en el cuarto
de los triángulos
y una fila de botellas vencerá
por doble u tu puntería.
Te quedarás sentado en la baranda
donde nadie irá a buscarte.
Los adultos somos eso:
seres pesados que nos vamos
enterrando poco a poco.
Primero se pegan los talones
al suelo y luego se hunden
las rodillas del alma, los muslos,
el cuello (la muerte no es
otra cosa que finalmente meter
la cabeza en la tierra,
como los avestruces).
Pero tú eres una nube, hijo mío.
Mira: la primera vez que yo
me hice la paja,
pesé menos en la báscula
y el médico me felicitó
por la vitalidad en mi sangre.
Desde entonces lo supe: había
descubierto la fórmula
para no crecer, había descubierto
un arrebato de supervivencia
para arrojar por la borda
del cuerpo el pesadísimo costal
de las manzanas ilícitas.
Corre hijo, libera tu pie
de las manos de la tierra.
Toma: estas son las llaves
de la casa que alguna vez
construí en las nubes.
Que tu choza sea el mundo
Aún no está terminada
la choza
faltan las nubes
falta la noche y el jardín
faltan los nidos
de los pájaros
El cazador
La araña inició su tejido en el cañón de la escopeta
y él decidió no disparar ese día
A la mañana siguiente la araña edificaba
columnas patios y jardines de rocío
y él decidió no cazar ese día
La tercera mañana la araña continuaba
diligente en torres salas y habitaciones
y él decidió no defenderse ese día
La cuarta mañana la araña
envió sus ejércitos
lo hospedó en su palacio