Oliver Welden

Otros mundos

 

 

 

 

 

Otros mundos

 

Vengo de otros mundos y viajado por muchas

geografías.

Aprendí cientos de idiomas y algunas lenguas

que se hablan sin la voz.

Fui hábil maníglota y corazonauta, dos oficios

requeridos para sobrevivir.

Mi viaje no tenía destino.

Se trataba de alcanzar cualquier horizonte terrestre

o la comba donde el cielo penetra en el mar.

Era cosa de estar siempre en rumbo.

Ni diurnos aeropuertos ni trenes de alta velocidad

ni nocturnas posadas

aceptaron mis documentos o mi moneda.

Me transformé en eterno extranjero,

pasajero sin punto de origen ni arribo.

Mi nombre ilegible y desvanecido

en un pasaporte ajado.

 

 

 

 

Las nubes aparentemente interminables
que pasan en las noches de invierno
por los cielos del Sur de Suecia

 

Vienen del Oeste, del estrecho, del Sund, me dicen,

de seguro de la Isla de Selandia,

la Sjaelland danesa, donde está enterrado mi hermano,

o del Noroeste, de la Isla de Jutlandia, la Jylland danesa,

vía el Estrecho de Kattegat, o de más al Noroeste aún,

afirman, del otro estrecho, el Skagerrak,

los mismos estrechos que cuando éramos niños

y alborotábamos la clase en un colegio de Chile

la profesora de geografía amenazaba con llamarnos

al Gran Mapa de la Pared

para que mostráramos el Kattegat y el Skagerrak

y nosotros ni idea.

Y ahora estoy aquí en una playa del Kattegat

donde vi a una muchacha a caballo galopando

por la arena oscura un lluvioso atardecer.

O de más al Oeste todavía, del Mar del Norte,

o del otro lado,

del Báltico en el Este, de Lituania y Rusia.

Son cúmulus, cirros, cirrocúmulus, estratocúmulus

y en las noches puede que el cielo se torne azulgélido,

azurcuchillo, o en una Linnea Borealis.

Un océano de aire cubierto de nubes que pasan veloces,

demasiado rápidas para que yo las nombre, las bautice:

Antofagasta-Santiago-Valparaíso-Valdivia-Concepción*

 

* Principales ciudades de Chile

 

 

 

 

Voces en un cementerio sueco

 

Las voces confundidas con el crujido de las hojas

bajo mis zapatos por los senderos entre las tumbas

una mañana de domingo y madreselvas

en un cementerio solitario, eran antiguas

como las lápidas: Gunilda Nilsson 1818 -decίan-

Johan Gadd 1825 Olaus Söderling 1816 -decίan-

decίan las voces en la piedra y en el musgo oscuro,

foráneas y desconocidas para mί el extranjero,

Behrens 1854 Ohlson 1823 Göransson 1827,

y sin embargo en ellas pude reconocer las voces

de los que una vez amé y enmudecieron,

como el sonido de las hojas bajo mis zapatos

que se apaga mientras me alejo entre las tumbas.

 

 

 

 

Ciudades

 

En esta ciudad nací varias veces

pero hay otras ciudades donde también nací,

Santiago, Benalmádena, Malmö

y en todas nací con el mismo nombre,

Welden, me llamaban en distintos idiomas

y en todos mi nombre se escuchaba similar,

Velden, Huelden, Güelden, Wendel.

He muerto varias veces en varias ciudades

que no nombraré.

Cuántas veces más moriré

y en qué ciudad ocurrirá mi muerte absoluta?

Benalmádena, Baton Rouge, Malmö?

Habrá una voz que me llame por mi nombre

en alguna de estas ciudades

de mi muerte absoluta.

 

Oliver Welden (1946-2021). Poeta chileno. Autor de Anhista (Santiago: Arancibia, 1965); Perro del amor (Antofagasta: Mimbre, 1970, Premi ... LEER MÁS DEL AUTOR