

Presentamos dos textos claves del reconocido poeta chileno y Premio Nacional de Literatura.
Elicura Chihuailaf
LA LLAVE QUE NADIE HA PERDIDO
La poesía no sirve para nada, me dicen
Y en el bosque los árboles se acarician
con sus raíces azules y agitan sus ramas
al aire, saludando con pájaros la Cruz
del Sur
La poesía es el hondo susurro de los
asesinados
el rumor de hojas en el otoño, la tristeza
por el muchacho que conserva la lengua
pero ha perdido el alma
La poesía, la poesía es un gesto, el paisaje
tus ojos y mis ojos, muchacha
oídos, corazón
la misma música. Y no digo más, porque
nadie encontrará la llave que nadie ha
perdido
Y poesía es el canto de mis antepasados
el día de invierno que arde y apaga
esta melancolía tan personal.
PARA SANARTE VINE,
ME HABLÓ EL CANELO
Para sanarte vine, me habló el árbol sagrado
Ve y recoge mis hojas, mis semillas
me está diciendo
De todas partes vinieron tus buenas machi
mis buenos machi
desde las cuatro tierras, desde las cuatro aguas
mediaremos, me están diciendo sus poderes
en tus nervios, en tus huesos, en tus venas
¿O deseas acaso abandonar a nuestra gente?
Elevaré mis rogativas, le digo
Ay, mis pensamientos se apartaron
de los apacibles ríos de mi corazón
Piedra transparente será éste, por mí, dijiste
Oo Ngvnechen, envíame tu aliento
tu resollar de aire poderoso
Este va a ser cantor, dijiste, entregándome
el caballo azul de la palabra
Hasta la tierra de arriba llegará en sus sueños
confundiendo al mensajero de sus enemigos
Me oirá cuando hable desde la savia
de las plantas y de las flores. Así dijiste
Mas yo quise olvidar el consejo de las Ancianas
y de los Ancianos
por eso estoy enfermo ahora
Mis pensamientos se alejaron
de los apacibles ríos de tu corazón
Mírame, estoy soñando que he subido
por tus hojas
La cascada azul de la mañana vino a mojar
mis labios con sus aguas
Subí, subí con ellas, pero me sujetó
el murmullo de los peces
Caminé luego sobre el aroma de los bosques
Después baile. En él estaba colgado mi poder
Las buenas visiones y los buenos sueños
lo rodeaban
Lloré entonces, lloré, abrazado
por el espíritu de mi canelo.