Marco Bini

A una pila de libros de los que no logro deshacerme

 

 

 

Nueva poesía italiana
Sección al cuidado de Cinzia Marulli
Traducida al español por Stefania di Leo

 

 

*

 

 

Bolonia ciudad-estalagmita, fuera de las murallas

es casi más acero que piedra.

Puro siglo XX la torre Unipol impresa

por el líquido logo del sol

(Rothko, Gramsci, Montale, todos juntos)

en la calma mineral tripulada por los server.

 

También hay flores, pero nadie las entiende

colgadas de los terraplenes, al abrigo de las barandillas:

nos dejan ir, no dicen nada.

Crestas de colinas en el camino de regreso, cielo, cosas que no sé.

Sigue dándome límites,

 

apremiadme a hurgar en el montón de lo visible.

Conviértete en escritura, acentos en el libro del mundo.

Palabras:

déjame escribirte, mantenedme vivo.

 

 

*

 

En el cinco contra cinco, lanzamiento grande,

la falta lateral pura especulación,

ni la sombra de una táctica ni un tilo

mientras el balón trituraba galaxias

en vuelo perenne.

 

El marcador se perdió casi de inmediato,

protegido por el hermoso gesto

que hace leyenda y jerarquía

para la batalla decisiva que (sabíamos)

nunca estaría en el calendario.

 

Todo para defender, luego todos adelante

compactos y quebradizos;

de vez en cuando sucedía que lanzamiento y sprint coincidían,

que nos dejaban

recuperar el aliento con las distancias hechas abismo

para contemplar el milagro del portero

que nunca acaecía.

 

 

*

 

La última vez que jugué con Legos

 

fue un paseo por la avenida del ocaso:

las miradas viajaron de acuerdo

y estaban en juego las últimas palabras por decir,

pero el polvo ya acechaba en el perímetro

de ladrillos de cuatro piezas en donde vivían

una treintena o más, comenzando por el Caballero Negro,

toda la Jefatura de Policía y, con el ayudante, un pizzero.

 

También quedó pendiente el inicio de un amor

entre el astronauta y la pelirroja con el pony

que quedó sin final.

 

Llevándolos dos veranos después al ático

encontré el barco pirata atracado,

los hombres en sus lugares, una margarita en el horno.

El helicóptero salió a patrullar la noche,

los demás escucharon embelesados los cuentos de los piratas.

 

En la puerta abierta había un hombrecito

con gorra sin papel que yo pudiera recordar.

Al salir se volteó a mirar

a sus amigos fijos en su eterna sonrisa.

 

 

*

 

Me gustaría adelantos sobre la vida humana a los 80,

no tanto saber si el trote que estoy haciendo

ahora tendrá efecto o si me quedará impreso en la cara

el mapa físico del mundo, pero para ver cuánta

 

retro visión muy clara podré explicarlo todo,

o si – dirían en francés – cuatro – veces –

veinte veces he engañado y, como en un cine por el contrario,

reescribo la historia de mi corazón a partir del plano.

 

 

*

 

A una pila de libros de los que no logro deshacerme

 

qué hacen los dulces ojos de los gatitos

en cuanto se cierra la puerta y

emboscan la autoestima; ningún ronroneo

para el elegante recién llegado en el sobre

de burbujas o en el bolso hecho a medida.

 

Si la mesita de noche tiene balda no me acuerdo:

una sola arborescencia obstinada e ingobernable

no vencida por el machete de mi división

que no manda nada

entre sofá, estudio y cama.

 

“Queridísimo, a nuestro camino común” –

que, quería, creo que hemos compartido durante algún tiempo

en mi ausencia- está impreso en la portada

en la portada interior, escritorio, Torre Norte,

primer piso, interior dos, prácticamente lleno periferia.

 

 

 

 

-Marco Bini
New Jersey
Edizioni Interno Poesía
Italia, 2020

 

New Jersey di Marco Bini

 

Marco Bini (1984). Vive en Vignola, un pueblo de la provincia de Módena, en el norte de Italia. Se graduó en Literatura Moderna por la Universidad de ... LEER MÁS DEL AUTOR