Yo soy un animal que no descansa
1.
Tocar el hueso hurgar la herida morar
en la rasgadura del siglo
de ahí no moverse
y a pesar de y por (y, sobre todo, por)
todo este desperdicio
ver la luz
y decirla.
2.
Madre, no hablemos más sobre lo conocido.
Es hora ya de hablar sobre lo que ignoramos; es lo único
que puede rescatar esta hora única
(tu cuerpo del derrumbe).
Pronunciar una palabra oblicua,
sesgar la voz
sesgadamente. Fotografiar
el centro de perfil.
Mirar, callar después
porque la adoración es también un lenguaje.
Y decir, sí, decir,
pero de otra manera.
Nombrar la nada. Hacerla florecer.
3.
Permaneceré escuchando
la flor
hasta que la oiga.
4.
Y tú, ¿quién eres?
yo soy un animal que no descansa
el dolor de los otros me apuntala los párpados
voy y vengo sin pausa
hurgo en los habitantes de la noche
cada ser me reserva un dolor de aprendizaje
cada uno me deja una cicatriz distinta
me señala un camino intransitado
si me adentro por él
quién cuidará de mí
quién es este silencio
5.
Hace algo de nostalgia
Yo enciendo una lucerna y la llamo tus ojos
Me preguntas
– ¿se vuelve la casa un zapato de tundra si dejas de mirarla?
– ¿qué refleja el espejo de un espejo? ¿cuánta imagen habita entre los dos?
(simetrías de azogue fructifican mitosis de lenguaje)
Y yo te desabrocho el día mientras digo
– la fantasía es el camino
más corto a lo real
Y me preguntas
– esa estrella, galardón en pecho de un general oscuro, ¿es noche en que la noche va perdiéndose?
Y te susurro
– ten cuidado, Teseo, con Ariadna: es ella el laberinto
Y me preguntas
– ¿es tan solo pensar clasificar?
Y te digo
– pero entonces… ¿los mares desbordados, la discorde amabilidad de lo blanquísimo, lo supraentendido?
Y me preguntas
– ¿qué tienen en común las constelaciones de latón con los paños somnolientos de un despertándose niño?
Y yo te digo
todo
6.
x = y
Cuando digo poema quiero decir arenas
movedizas quiero decir
el terremoto de 1755
quiero decir que eres como Lisboa
inexorable
Cuando digo silencio quiero decir una
mano que habla una vida
martillo yunque estribo
quiero decir un cuerpo como se dice la palabra
tan pequeña tan grande tan despistada
que no sabe construirse
Cuando digo extranjero quiero decir lo que me salva
de la complejidad
lo que riega las plantas
Cuando digo alondra quiero decir que la diosa está
en sus pájaros y que escribir es
mi forma de ser pájaro
y que tu ausencia sobre lo que quede
de mí como una ruina arqueológica
es un pájaro
Si digo persistir quiero decir que al prensar la flor de los jazmines
sale zumo de infancia que un dos tres
un dos tres yo jugué con mi amor al escondite
y aún no lo he encontrado
pero una mariposa de perspectiva añil y antenas tímidas
aún lo busca por mí
Cuando digo refugio quiero decir nocturno 13 vidrieras de Chagall horas de Rilke
Cuando digo dolor quiero decir
dolor.
7.
Que el tiempo y el espacio sean posibles.
Que alguien haya pensado su juntura
o algo esté sosteniendo su flaqueza.
Qué esté, que esté, pudiendo ser tan sólo
una ecuación quebrada,
pudiendo no estar nunca.
Que un discurso se escuche entre los árboles
y hable la brisa más que la galerna.
Que enmudecido el mundo escuche al fin
su propia voz
silbando entre los márgenes.
Es la casualidad más diminuta,
la posibilidad de casi nada.
Tú sonríes. Me digo que tal vez
deberíamos explorarla juntos.
8.
Status rectus
Columna vertebral interrogante
añorando su pasado de pez,
veterosueñas
con volver, con volver siempre
o con lanzarte
a un futuro de aletas sin memoria.
En tu mirada quieres
andar todo lo vivo.
Sólo debes mirar hacia allá arriba
o hacia adentro
más hondo.
Así te parten la sangre
y las estrellas.