El azar y la pérdida
miro mis zapatos sin pies
y me pregunto si el regreso existe
si abandonar no vuelve más pesado el camino
si donde voy se llama aún ilusión
naufragio o lugar
hay heridas que curan otras heridas
hay pérdidas que enriquecen otras pérdidas
miro mis zapatos sin pies y me digo
mi vida sólo es desorden y confusión
y este hueco que empieza a crecer
¿hay que evitarlo o excavarlo más?
*
otra vez me encuentro
sin llave en los bolsillos
sólo una maleta a rastras
y en el vientre la ruptura
machacando ninguna queja
no tengo ya miedo
de hundirme
llevo demasiado
¿será el vacío que tanto pesa?
*
nos miramos como dos acróbatas
que yerran en alcanzar sus manos
y olvidan que su red
no es nada más que un hueco
nos gustaría que fuera como en los sueños
despertar antes del
final de la caída
pero hay pesadillas que ocurren
en el vientre
y no sabemos cómo acabarlas
*
rompes y la ruptura te duele
partes y la pérdida te desgarra
la confusión te gana pero sabes
imposible el paso atrás
un tiempo a la deriva
tu suelo y tus paredes craquean
un mundo cede pero no se borra
las heridas dejan cicatrices
¿y las alegrías
qué dejan ellas?
*
lo guardo con la malinconia che prova
chi sa che non ci sarà ritorno.
Pasolini
nos miramos con la melancolía de los que saben
que no tendrá regreso
acuérdate
hemos arrancado las alegrías más altas a la tormenta
no es como en la canción
sobre la cual bailamos en el cuarto
cuando se alcanza el límite de lo que se puede
dar y recibir
¿qué viene?
cuando algo alcanza su limite
¿en qué se vuelve?
*
el invisible diente de la pena
André Chénier
pensar en aquel diente
que excava en ti
me atormenta
qué hay que arrancar
a qué renunciar qué sacrificar ?
no hay culpa
mi decisión te espanta y tropiezo
con mi propio estupor
porque no entiendo sino su necesidad
separarse despierta el hambre
de una sucia angustia agazapada en el sueño
quedan los despojos del abandono
*
hay en la lentitud del atardecer
toda la mala suerte que vino
a envenenar nuestras alegrías
las sombras develan
nuestros rostros vencidos
las perdidas en ninguna parte detenidas
pero ni el atardecer ni las sombras
pueden afectar
la herida que nos une
*
uno junto al otro
sin saber si es un adiós
un regreso una ironía del tiempo
tiempo donde descubrí que el mundo
podía abrirse al contacto de una piel
mentiras mordeduras
espera apego
equívocos fracasos quedan
el calor de tu mano tu olor
pasión tatuada al revés del cuerpo
*
en la mesa el plato hondo
y vacío
qué puedo tragar
con esta inquietud en el vientre
ya casi no hay nadie
la mesera me sonríe
camina como bailarina herida
¿el olor de tu piel
podrá borrar ese gusto a muerte
que el atardecer dejó en mi boca?
*
en este frío báltico dónde me quedo
ella no habla mi lengua
ni yo la suya
sólo el deseo ayuda a reunirnos
y secretamente esta tristeza
compartida que fingimos ignorar
ella con su paso de bailarina herida
yo en el espejo del bar vacío
con aspecto de marinero sin mar
los cuerpos se acercan
para relajar
esta costumbre a la soledad
*
dormías
pensaba en el arañazo de tu rodilla
y en el próximo arañazo de mi vida
mi mano tenía el olor de tu sexo
la noche blanqueaba sobre tu sien
había esta vibración del silencio
cuando se tensa con el deseo de estallar
y la sal de tus ojeras
que lamía mi insomnio
*
he instalado mi vida en lo provisorio
despreocupado del precario cotidiano
el azar las suertes efímeras
como las dichas la ironía nunca lejos
los placeres y las perdidas la amargura tragada
hay que seguir
por la fuerza de las cosas o por gusto
aprender a deshacerse –pero espera
todavía el momento–
como habrá que deshacerse del mundo
-Del libro Le hasard et la perte (Al Manar, París) / El azar y la pérdida (Escarabajo, Bogotá)