Leonel Lienlaf

Pasos sobre tu rostro

 

 

 

 

PASOS SOBRE TU ROSTRO

 

Madre, sobre tu rostro, con un

traje desconocido

apareció el murmullo del agua.

Todos los recuerdos presentes

envolvían ese sonido

y algo me miró.

Yo era un tronco formado

por miles de caras

que salían de tu rostro.

Por el tronco caminé a través

de cientos de generaciones

sufriendo, riendo,

y vi una cruz que me cortaba

la cabeza

y vi una espada que me bendecía

antes de mi muerte.

Soy el tronco, madre,

el que arde

en el fuego de nuestra ruka.

 

 

 

LE SACARON LA PIEL

 

Tres veces vino el malón

tres veces lo rechazamos

pero ahora viene otra vez

y no podemos luchar

El winka está disparando

 

Escondámonos debajo de la montaña

y que se vaya nuestro espíritu

a dormir sobre la tierra

y que sobre las estrellas

se duerma todo este campo

 

Cuando recién descansaba mi mano

muchas armas nos rodearon

tomando a nuestro Cacique

mientras a nosotros nos golpeaban

 

Le sacaron la piel de la espalda

y cortaron su cabeza

a nuestro valiente Cacique

y la piel de su espalda

la usaron de bandera

y su cabeza

me la amarraron a la cintura

 

Vamos llorando y nuestra sangre

riega la tierra

De rato en rato bajo la mirada

a la cabeza que llevo en la cintura

y me parece que ya va a hablar

pero continúa en silencio

 

 

 

BAJAN GRITANDO

 

Bajan gritando ellos

sobre los campos

silbando por los esteros

Corro a ver a mi gente

a mi sangre

pero ya están tendidos

sobre el suelo

Sobre ellos pasan los huincas

hiriendo de muerte la tierra

dividiendo mi corazón

 

Entré en busca de mi calor

a mi casa ardiendo

Brotó el estero de mis lágrimas

lloviendo sobre mis pies

 

¿Ustedes entienden mis lágrimas?

Escuchen al aire explicarlas

 

Están pasando los años

están pasando los nidos

sobre el fuego

está pasando la tierra

y ya me estoy perdiendo

entre las palabras

Escuchen hablar a mis lágrimas

 

 

 

EL SUEÑO DE MAÑKEAN

 

Hace muchos pasos atrás

(cuando estos años aún no se

soñaban)

bajaron mis pies en un segundo.

Bajaron un día

con el suave canto de la brisa

a buscar el beso de la piedra.

Cerca de la madre de las aguas

me miró la piedra en flor

y en el choque incesante de las olas

me abrazó su espíritu.

Acaricié entonces mi corazón

y encendí con fuego mi camino

para vigilar el sueño del sol

y el baile de las estrellas.

Mi risa es el sol del mediodía,

mis lágrimas las vertientes,

mi dormir es el descanso del amor

y mi despertar la vida de los peces.

Es así mi existir,

es así mi palabra,

y las aguas me continúan

cantando.

 

 

 

WüDKO

 

Los pájaros wüdko

le contaron mis sueños a los

bosques

le dijeron que yo era el silencio

que los había despertado

y que me habían visto correr

detrás de mi sombra fugitiva.

 

Le contaron también a la noche

que me vieron dormir en el día

y que muchas veces mi canto

se perdía entre las espinas.

 

  

 

REBELIÓN

 

Mis manos no quisieron escribir

las palabras

de un viejo profesor.

 

Mi mano se negó a escribir

aquello que no me pertenecía

Me dijo:

“debes ser el silencio que nace”.

 

Mi mano

me dijo que el mundo

no se podía escribir.

 

(De Se ha despartado el ave de mi corazón, 1990)

 

 

 

 

PEWMADUNGU

 

konan tachi ulkantun pewmamu

düngunpewmamu

chonkitunmew kachill kütral

Wekun ta kürrüf

pürulmekefi mawida

 

 

Me adentro

en estos cantos de sueños

dormitando cerca del fuego

mientras afuera

el viento

hace bailar las montañas

 

 

 

CHONKITUN

 

dewma

chongnagtuy kütral

chuchuy

chai llümllüm mekey wanglen wenu mapu

 

Umagnagain nga

wüle

wüño waichüfkïnoway antu

kaley nütram

liwenmew

 

 

Es hora

en que el fuego comienza a dormitar

abuela

y el camino del cielo

me trae tu voz

desde las sombras

 

Es hora de dormir

me dices

mañana otros pasos andaremos

porque otras son

las palabras en el día

 

(De Palabras soñadas, 2004)

 

Leonel Lienlaf (Alepue, 1969). Pertenece a la nueva generación de poetas que escriben en mapudungun y español. Estudió Pedagogía Bilingüe en la Univer ... LEER MÁS DEL AUTOR