Soñamos con un lector perfecto
En el corazón de mi poesía está la creencia en que el pensamiento
es más concreto que todo el resto de la materia del mundo.
Por eso, en el corazón de mi poesía hay también un rostro.
(R. J.)
[SOÑAMOS CON UN LECTOR PERFECTO]
Soñamos con un lector perfecto.
Superior a nosotros.
Mejor aún que la propia lectura
de nosotros mismos.
Para él escribimos,
aunque no exista.
No podemos dejar de sentir
que se esconde detrás de ese silencio
que arrastran las palabras
como una túnica partida.
Quizá si persistimos
en este oficio desolado
de elevar torres sin andamios,
el lector que no existe
despierte alguna vez
allí donde el lector
ya no es necesario,
porque al final toda lectura se lee sola.
[UNA SOLEDAD ADENTRO]
Una soledad adentro
y otra soledad afuera.
Hay momentos
en que ambas soledades
no pueden tocarse.
Queda entonces el hombre en el medio
como una puerta
inesperadamente cerrada.
Una soledad adentro.
Otra soledad afuera.
Y en la puerta retumban los llamados.
La mayor soledad
está en la puerta.
[LA VIDA NOS ACORTA LA VISTA…]
La vida nos acorta la vista
y nos alarga la mirada.
¿Cómo poner otra figura en el paisaje
sin desarticularlo como una feria invadida por la tristeza,
sin que las nubes o los árboles se despeguen
y salten como muñecos desarmados?
¿Cómo poner una palabra en el paisaje
sin que el silencio se asuste
igual que un animal sorprendido en el bosque
o como una procesión que ha perdido su imagen?
¿Cómo poner una muerte en el paisaje
sin que se vuelva frío
y se sumerja como una flauta
con todos los agujeros tapados?
¿Cómo alargar un sueño
hasta que sea un punto en el paisaje,
una figura, una palabra o la muerte,
sin que el paisaje se desintegre como una burbuja?
Nosotros ya no podemos dejar de estar en el paisaje siguiente,
aunque sea un paisaje en blanco.
[TU AUSENCIA ES EL BORDE…]
Tu ausencia es el borde
de una pared que detiene al viento
y fabrica con él dos largos túneles
de cuyo fondo volverán tus ojos.
Tu ausencia me suelta
una piel imposible,
que sólo viviría
en la temperatura que se fue con tus manos.
Y en cambio me ata
esta piel que me aprieta los tobillos
y me desemboca locamente
en el costado fiel del corazón.
Tu ausencia me hace llover encima mío
el espacio que queda entre la lluvia.
[CUANDO UN LENGUAJE SE EXTRAVÍA EN OTRO LENGUAJE]
Cuando un lenguaje se extravía en otro lenguaje,
cada palabra o signo
clausura su lugar,
lo disimula
como si alguien cerrara su casa
para que nadie la ocupe o despoje
mientras dure su ausencia.
Pero ningún signo o palabra
vuelve nunca a su sitio.
Cuando un lenguaje se extravía en otro,
también el otro se pierde en el primero.
Tal vez por eso
cada palabra o signo
debe volver a nacer constantemente en otra parte.
El lugar de una palabra
es siempre otro.