Fuegos cruzados
AMO EL TIEMPO DE AMAR, AHORA LA NOCHE
Amo el tiempo de amar. Ahora la noche
se desparrama en astros y tibieza.
En una esquina yo te espero
mordiendo tiempo, buscándote
en los rostros que llegan, en la prisa
de los que temen que la noche se pierda.
Te espero con mis años golpeados por el fuego,
atado a la bestia de mi juventud.
Quiero crecer en ti, darte vida en mis manos,
hacerte de la tierra más pura
enteramente mía, ciegamente mía,
criatura del color de los sueños más hermosos.
Amo el tiempo de amar. Y tú eres la lluvia
porque ahora tengo tus ojos
todo puede estallar en color y fragancia.
Eres la lluvia que llega por sorpresa,
eres la claridad de mis ojos, el agua que desean
mis labios,
criatura del color del viento en la noche.
Te espero, amada mía. Bella es la noche.
Las voces de la gente no pueden apagar el ruido
de tus pasos.
Te siento venir presurosa, invadida
de inquietud, asustada por algo,
y tus ojos me miran pidiéndome ayuda
mientras yo mido y golpeo el tiempo.
Cuando llegues no habrá muchas palabras.
Bella es la noche, inmensa y tengo sed, amada.
Date prisa. Mis manos tienen sed.
Voy a llevarte hasta el fondo de la noche,
allí donde ya no será posible tu regreso.
Yo te enseñaré los viejos secretos y las más terribles ceremonias
del país de mi sangre.
DAME TU MANO
Dame tu mano, que tu fiebre
me atraviese. Que la noche
se detenga en mi sangre
y no en tus ojos indefensos.
Dame tu mano, quédate
junto a mi corazón, hablemos
el mismo lenguaje sencillo
de nombrar el pan, la ropa,
la vida, la esperanza.
Tú me miras, sorprendida
por ese fuego que te envuelve
mientras todas mis manos
quieren erigir en tu carne
un árbol de frescura.
Dame tu mano, dame
el lado más puro y tierno
de mi soledad, la llave
de tu profunda presencia.
FUEGOS CRUZADOS
En la punta de tu lengua hay una terminal de un vasto sistema de fuegos cruzados
y en la punta de mi lengua hay un termómetro
que busca incesantemente medir la temperatura de tu sangre.
Y mientras la punta de mi lengua se extravía,
interminable, inútilmente,
en tu boca, sin lograr la medida buscada,
los fuegos cruzados cuya terminal se halla en la punta de tu lengua
desencadenan un incendio tan grande
que mi lengua enmudece frente a un paisaje
completamente arrasado por un fuego descomunal.
HOY MIENTRAS CAMINABA
Hoy, mientras caminaba
de lado a lado
la sonora ciudad
resplandeciente,
pensaba en ti,
mirándote arder
reflejada en vidrieras
y espejos: mirándote
sobreponerte el polvo
cotidiano, el estrépito
de los motores, toda tú
dibujada en una pared
con la belleza de los días.
Mientras caminaba
de lado a lado
la cambiante,
misteriosa ciudad,
pensaba en ti,
te amaba, compañera,
quiero decir, te amo.
SENTIR LA REDONDEZ EXACTA DE TUS NALGAS
Sentir la redondez exacta de tus nalgas
y mientras el deseo transfigura tu rostro
te vuelves más fragante, como una fruta enorme y frágil
totalmente invadida de madurez y humedad.
Quiero verte jugar, retozar, como la niña que eres
quiero que deslices por mi piel tus labios temblorosos,
quiero encontrar la llave que acabaría tu sed
para extraviar la llave en tu cintura.
Déjame llenarte de ternura, penetrarte
sabiamente. Adopta extrañas posturas,
que cada pedazo de tu cuerpo
se muestre plenamente hasta el fin de tu carne.
Dame tu espalda para aventurarme por ese camino limpio y liso.
Tu espalda para llegar a tus oídos,
tu espalda para descender
hasta sentir la redondez exacta de tus nalgas
y mientras dices te amo y afuera acaso cae la lluvia
mis manos entreabren las puertas misteriosas
y luego te penetro al compás de tus gritos.
Cuando mis manos tocan tu piel entro en la lluvia más tibia.
He vuelto a la locura de mis veinte años.
Tu amor llegó de pronto con tus ojos de tojosa extraviada,
con gestos de náufrago en un mar violeta.
Tu amor llegó de pronto a mi mesa como el primer fruto de la estación.
DULCE ES EL SUEÑO
Dulce es el sueño
cuando estás a mi alcance
(tu piel, tus párpados cerrados,
tu tibieza, tus manos).
La noche no tiene sentido
si mis manos no te tocan.
Sábanas blancas para tu sueño,
para cubrir el espejo de tu carne.
Sábanas blancas de mi muerte
en ti, de mi vida verdadera,
amándote con un olor alegre
por nuestros días en el mundo.
Sé lo que sueñas. Me he asomado
a la blanca pared de tu noche.
Quiero vivir despierto junto a ti
para matar los monstruos de tus sueños
y prolongar las horas a tu lado,
mi vida tuya y mía, mientras duermes.
BELLO ES EL MUNDO
Bello es el mundo. La tierra y el mar
están llenos de un canto misterioso.
Las estaciones juegan con los colores
entre la muerte y la vida.
Bello es el mundo que ahora mismo
duerme, el mundo que se despereza
bajo los golpes del sol. En África
los ríos se desbordan y los hombres
se ponen de pie, sangrante y primaveral.
Junto a mí se derrumban viejas arcadas,
blancas paredes ascienden como flechas,
escucho sollozos y alaridos, alguien canta
cruje la noche, un viento poderoso
se levanta bajo las Estrellas.
Bello es el tiempo en que vivo,
mi edad convulsiva entre la muerte y el alba.