

Gracias a todos por acompañarnos en esta importante ceremonia.
Estimada Gabriela,
Ya lo sabes. Tu poemario –Lugares que no existen en las guías turísticas– se impuso sobre 1.432 que postularon al PREMIO INTERNACIONAL DE POESIA VH de este año. ¿Cómo has recibido esta noticia? ¿Cuánto significa para ti? Dejemos la respuesta para el café que algún día compartiremos y donde te preguntaré por ti, porque tu obra despierta un enorme interés por saber más de tu vida. Y conversar, por ejemplo, sobre Blanca Varela, esa poeta peruana tan querida por nosotros, y que uno de sus versos sirve de epígrafe para tu libro.
Porque ya podemos hablar del libro Lugares que no existen en las guías turísticas. Con su notable eficiencia, Valparaíso Ediciones ya nos ha enviado su portada.
Emocionante, verdad?
Para nosotros, la Fundación, pensar en el Premio, ha sido muy exigente, una constante preocupación. Es que es mucha la responsabilidad que hemos puesto sobre nuestros hombros.
Por ejemplo, en este segundo premio la preocupación de la Fundación era mantener una convocatoria digna, sin poder definir con exactitud la cifra que podría representar tal dignidad. Pero si sabiendo, que toda convocatoria conlleva un porcentaje de obras de calidad. Pero también es un signo de la vitalidad de la poesía y de la vigencia de Huidobro.
Los comentarios recibidos luego de la impresionante convocatoria del primer premio, 784 postulantes, no ayudaban demasiado. Por ejemplo, Margaret Randall, poeta beat norteamericana, comentó que en sus 25 años de jurado del premio Casa de las Américas en Cuba, los postulantes jamás sobrepasaron los 250 libros. De hecho, para el premio 2019, Casa de las Américas recibió la postulación de 224 libros de poesía. Pero también, durante el año pasado, destacados poetas e intelectuales de diversos países de Europa y Latinoamérica nos hablaron del primer Premio Internacional de poesía Vicente Huidobro como el de mayor convocatoria en lengua española.
Muy gratificante, pero nada tranquilizador. ¿Cómo sería la segunda postulación? Luego de esos comentarios tan positivos como inquietantes, no sabíamos qué esperar. El resultado estaba abierto, y alguien propuso considerar un éxito si alcanzábamos las 300 postulaciones. Nadie objetó la cifra. Nadie avaló la cifra.
Entonces, al conocer el número de poemarios que postulaban a este segundo premio, fuimos nuevamente sorprendidos, quedamos anonadados y muy contentos a la vez. Habían postulado 639 poemarios más que en el año anterior, totalizando ahora 1.433, como ya se ha dicho. Un economista diría un 82% más. Está bien. Otro podría hacer comparaciones y decir: el solo aumento es casi 3 veces más que las postulaciones totales a Casa de las Américas en el 2019.
Para nosotros, en cambio, eran 1.433 poetas, 1.433 seudónimos, rostros anónimos, esperanzas, emociones, que han confiado en nosotros, que creen en nuestra transparencia, en la limpieza de nuestros procedimientos y en el rigor del jurado. Sí, 1.433 experiencias singulares de vida, de victorias y derrotas, de sueños cumplidos y frustraciones, de cicatrices convertidas en poemas. En hermosos y desafiantes poemas. En testimonios vivientes de la vitalidad de la poesía en nuestra lengua.
Esta convocatoria nos deja una enorme reflexión por delante. Desde los nombres de los libros ganadores: “La historia universal del etc.” del año pasado y “Lugares que no existen en las guías turísticas”, de este año. Ambos tienen en común el hecho nada menor que se trata de poetas que tienen algo que decir. Es una enorme satisfacción poder constatar que postulan al premio obras de gran calidad y originalidad.
Tanto Nilton Santiago como Gabriela Vargas son poetas jóvenes. Queremos pensar que el grueso de los postulantes lo son. Queremos creer que estamos abriendo o consolidando caminos, que Vicente Huidobro puede estar contento. Que los jóvenes leen sus obras como escritas hoy, que postulan sus poemarios porque su obra todavía les habla, porque fue un fervoroso partidario de que cada uno siguiera su propia estrella, que caminara sus propios pasos con audacia y creatividad. Como escribió Gonzalo Rojas: “Huidobro fue la libertad: el que sembró más hondo. En mí, y en tantos: en la medida de nuestra propia medida. Una libertad que nos hizo hombres: poetas responsables…, y fue de veras el gran dador: el que nos dio todo sin que le pidiéramos nada; ni obtuviera nada de eso. Amó a la juventud y supo oírla siempre, como ninguno…”
Queremos pensar que este premio es una apuesta por el porvenir de la poesía, un reconocimiento de voces potentes y originales.
Agradecemos a todos aquellos que han hecho posible el éxito de este concurso: a su destacado jurado, a Mario Meléndez por su notable coordinación del premio, a Valparaíso ediciones, a la Vicerrectoría de extensión y comunicaciones de la universidad de Chile y a las importantes revistas de literatura hispanoamericana que dieron a conocer las bases del Premio, como Círculo de poesía (México), Nueva York Poetry Review (Estados Unidos) y Revista Hiedra (México), y a las diversas publicaciones de la Fundación como son la revista Altazor y a nuestras redes sociales.
Como nosotros, estas revistas y circuitos poéticos han sido sorprendidos con la convocatoria del premio, y en sus comentarios lo caracterizan ya como uno de los más relevantes en nuestra lengua. Sabemos que tenemos que estar orgullosos y felices por el número de obras postuladas, por la calidad de las mismas, y por la convocatoria de Huidobro. Y lo estamos.
De nuevo, muchas gracias a todos.